miércoles, 9 de octubre de 2013

Me gusta el otoño

Me gusta el otoño. Todo adquiere un color especial en otoño; vuelven las temperaturas moderadas y aparecen las lluvias, que limpian la atmósfera y tintan el aire de un olor romántico. Los caminos se cubren de hojas caducas, avisándonos de que el angosto verano ya se fue: porque todo tiene un color especial en otoño.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Resultados del mes

Pues ha pasado un mes y no puedo decir que haya aprendido a hablar vasco: he aprendido la gramática y unas mil palabras; puedo leer textos sencillos y expresar muchas cosas, pero sólo puedo decir haber aprendido parcialmente. También es cierto que me lo he tomado con mucha calma, y la mitad de los días no he hecho gran cosa. Tampoco le he dado mucha importancia a la fluidez en el habla, centrándome más en la lectura y la escritura.

Por tanto, concluyo que sí es posible aprender un idioma en un mes a un nivel razonable, es decir, que me valga para comunicarme con la gente y leer textos no muy elaborados. Tal vez el año que viene lo vuelva a intentar con otra lengua...

jueves, 22 de agosto de 2013

Guía para el correcto uso del castellano II: evitar el uso de extranjerismos innecesarios

El castellano es rico en vocabulario, y por ello no es adecuado abusar de extranjerismos, en especial anglicismos, cuando se habla. Aquí se ofrecen alternativas a algunas de estas palabras, que a menudo son mal pronunciadas porque, en efecto, no pertenecen a la lengua castellana:

• Amateur: aficionado
• Debut: presentación
• e-Mail: correo electrónico
• Hall: vestíbulo, recepción
• Hashtag: etiqueta (almohadillada)
• Hobby: afición
• Mainstream: usual, corriente, común
• Muffin: magdalena
• Parking: aparcamiento
• Playback: gimnasio
• Ticket: billete
• Trending topic: tema del momento

También debemos cuidar la escritura de aquellas palabras que están plenamente incorporadas a la lengua castellana:

• Buffet: bufé (¡ni siquiera en francés se pronuncia esa te!)
• Spin: espín
• Vermout: vermú
• Whisky: güisqui

viernes, 2 de agosto de 2013

Aprender euskera en 30 días

Un día estuve hablando con una amiga sobre un libro que hablaba de un método para aprender un idioma en siete días. Concluimos que era bastante decepcionante, pues el autor no era lingüista, y tampoco daba pautas para estructurar la gramática, sólo enseñaba un método para memorizar largas listas de vocabulario.

Esto puede ser útil si es chino lo que se quiere aprender, pero se derrumba por completo si es euskera lo que se quiere aprender, sabiendo cuán desarrollada es su gramática con respecto a la del chino. No obstante, mi amiga y yo concluimos que sí era posible aprender un idioma como tal, y no sólo comunicarse con palabras sueltas, en treinta días aproximadamente.

Por ello, acordamos que en el mes de agosto yo debía aprender vasco a un nivel razonable, y ella a cambio debía aprender a resolver el cubo de Rubik con los pies. De momento no parece una empresa

miércoles, 31 de julio de 2013

Guía para el uso correcto del castellano I: verbos regidos con la preposición «de»

En el habla popular, a menudo se emplea de forma incorrecta la preposición de. Aquí listamos algunos de los verbos que llevan, o que no lo hacen, la preposición de:
  • acordarse de: me acuerdo mucho de ti;
  • arrepentirse de: se arrepintió de no haber estudiado más;
  • carecer de: carezco de una buena base matemática;
  • gustar de: gusto de la ropa limpia;
  • informarse de: ¡infórmate bien de lo que tienes que llevar mañana!;
  • quejarse de: es una borde, siempre se queja de todo.
Por el contrario:
  • acordar: acordamos en repartir el premio por la mitad;
  • amar: amo el olor a fresco;
  • creer: yo creo que está equivocado;
  • hacer: aquel chiste me hizo reír;
  • pensar: pienso que no deberías hacer eso;
  • recordar: recuerdo que antes lo podía hacer.

viernes, 8 de octubre de 2010

En busca del espacio-tiempo discreto

Un día, cuando estaba en una discoteca, y vi cómo la luz parpadeante sólo dejaba ver ciertas “diapositivas” del movimiento de las personas, llegó a mi mente una idea brillante sobre el espacio-tiempo cuántico. En concreto, es un experimento mental que demuestra que, si el tiempo es discreto, el espacio también ha de serlo.
Pensemos primero en una partícula que describe una trayectoria determinada. Ahora, disponemos de un haz de fotones, y la iluminamos de forma que podamos vislumbrar su posición en cada momento. Si el tiempo es discreto, no podemos bombardear la partícula continuamente, sino que podemos enviar fotones en pequeños intervalos de tiempo ∆t.
Esto implica que sólo podamos ver la partícula en ciertos puntos con una separación ∆x, y nunca seguirá una trayectoria completamente continua.
Ahora bien, ¿cómo podemos demostrar que no podemos hacer ese intervalo ∆t tan pequeño como queramos, sino que llega un punto en que no podemos reducirlo? Según la mecánica cuántica, el intervalo de tiempo entre fotón y fotón, en función de su energía E está dado por:

∆t=ħ/2E

Lo que quiere decir que para nuestro propósito, debe haber un tope de energía para un sólo fotón, la cual está relacionada con su frecuencia por:

E=hν

que tampoco parece tener cota superior. Hay que seguir estudiando el caso...

La "destrucción" de la física

En otra ocasión dije que la idea de un espacio-tiempo cuántico descartaba opción alguna a que el cálculo infinitesimal controlase la física a estas escalas. Esto lleva consigo, no sólo la desaparición de magnitudes derivadas tales como la velocidad (en realidad, esta cantidad es innecesaria, pues todos los objetos llevan velocidad c), sino además la extinción de las condiciones iniciales. Valores obtenidos a partir de integración, como la posición inicial de una partícula en cinemática, ya no tendrían cabida.
Esto es de vital importancia, pues al no haber condiciones iniciales, no existiría algo llamado “el principio del universo”; esto daría la razón a la Gravedad cuántica de bucles, que descarta la posibilidad de un Big Bang inicial.
Además, la física avanzaría, como muchos pretendemos, eliminando cosas y dejando finalmente sólo lo imprescindible. Como yo, muchos otros piensan que una teoría definitiva de la física se describiría con una gran sencillez.